Luis Alberto Romero
Generalmente en el olvido, con carreteras en mal estado y
una población con altos niveles de pobreza, la zona norte de Veracruz enfrenta
hoy más problemas: crisis comercial, ayuntamientos en quiebra y recortes
presupuestales de la principal empresa generadora, directa o indirectamente, de
empleo, Petróleos Mexicanos.
En esa región, integrada por la Huasteca Alta y Baja, así
como por el Totonacapan, hay 48 municipios veracruzanos; casi todos muy pobres.
La parte norte de Veracruz limita con los estados de Tamaulipas, Hidalgo y San
Luis Potosí; comienza en Pánuco, Pueblo Viejo, Tampico Alto, El Higo, Ozuluama
y Tempoal; sigue en Huayacocotla, la sierra de Otontepec y Tuxpan; y en la zona
Totonaca, Poza Rica, Papantla, Gutiérrez Zamora y Tecolutla. En total, 33
municipios de la Huasteca y 15 del Totonacapan, casi todos, con elevados
índices de carencias y rezago social.
A una actividad comercial deprimida en casi todos los
municipios y a la muy limitada presencia industrial, se suman los problemas
propios del sector primario: bajos precios en los productos del campo, plagas y
enfermedades, así como una exagerada presencia de intermediarios.
No es todo: en Poza Rica, por ejemplo, donde parte de la
actividad económica que se desarrolla tiene que ver con la industria petrolera,
prevalece un ambiente de tensión y nerviosismo por los recortes presupuestales
de Pemex. Más todavía, al interior del sindicato petrolero hay desconfianza por
la liquidación, en diciembre de 2013, de unos 3 mil trabajadores de base en
todo el país.
A esa situación se agrega el cierre de pequeñas y medianas
empresas: el hotel Principal y los restaurantes El Chalet y El Petrolero terminaron
por bajar sus cortinas y se convirtieron en ejemplos de las empresas que
resienten la crisis y quiebran, aunque hay quien atribuye estos casos en
particular a los problemas ocasionados por la falta de conclusión de la obra
del distribuidor vial, cuyos trabajos llevan dos años sin terminar.
En otros municipios, como Tihuatlán y Gutiérrez Zamora,
cuyos ayuntamientos son gobernados por Gregorio Gómez Martínez y Leticia Delong
Capellini, respectivamente, comienza julio y no inicia la construcción de obra
pública, que también representa empleo y derrama económica; lo peor es que esos
gobiernos locales enfrentan problemas cada quincena para cubrir el pago de sus
nóminas. Igual ocurre en Poza Rica, donde el alcalde Sergio Lorenzo Quiroz Cruz
ha limitado su trabajo a la atención de las solicitudes para tapar baches.
Mientras tanto, en el municipio de Álamo,
cuyo ayuntamiento sigue bajo el control del ex alcalde y actual diputado local
Jorge Vera Hernández, quien dejó una herencia de 100 empleados de confianza, el
alcalde está más preocupado por buscar la diputación el año próximo que por el
tema de la obra pública.
Ante ese panorama, dos
son las obras que destacan y que podrían detonar de manera significativa el
desarrollo del norte veracruzano: la autopista México-Tuxpan, ya terminada y
que representa una inversión de más de 9 mil millones de pesos; y la ampliación
del Puerto de Tuxpan, todavía pendiente, que podría costar al erario unos 100
mil millones. Esa infraestructura aumentará la capacidad portuaria y
modernizará al puerto más próximo al Distrito Federal. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.mx/